15 de December, 2021

Lecciones de liderazgo empresarial: guía de buenas prácticas para 2022

La concurrencia en simultáneo de elevados factores de riesgo en diferentes aspectos dejó grandes aprendizajes de lo que se denomina como la “metamorfosis del liderazgo empresarial”. Conoce qué prácticas debes mantener en 2022.

El año 2021 fue una versión beta para formar a los líderes del futuro. Con un panorama en el que se vislumbraban algunos matices de claridad tras meses de incertidumbre provocados por el Covid-19. Los años pandémicos han sido, probablemente, el contexto más complejo al que se haya enfrentado el liderazgo empresarial.

La concurrencia en simultáneo de elevados factores de riesgo en diferentes aspectos, distintivamente en lo político, social, sanitario y económico y otros relacionados de menor impacto e importancia, dejaron grandes aprendizajes de lo que se denomina como la “metamorfosis del liderazgo”, según Antonio Núñez, senior partner de Parangon Partners, y el profesor del IESE Business School, Luis Huete.

La pandemia vino a llamarnos la atención respecto a este tema, explica Pedro Neves, profesor de Negocios y Economía de la Universidad Nova de Lisboa, en una entrevista exclusiva para PHC Software. “Durante muchos años vivimos bajo muchos principios generales de gestión que se aplicaban de forma rigurosa a todos los tipos de organización, y con la evolución hemos visto que dentro de cada empresa ya no existen prácticas que sirvan a las necesidades de todos”.

En este sentido, queda entonces la interrogante: ¿Qué prácticas deben sentarse como una base del nuevo liderazgo y cuáles no debemos repetir en 2022?

Pedro Neves sostiene que uno de los grandes retos que tienen los CEO es dar respuesta a las necesidades de los colaboradores de una empresa, tanto en lo grupal como individualmente, y gestionar este escenario de forma eficiente con los nuevos modelos de trabajo provocados por la disrupción.

“El gran desafío es dar respuesta a la interrogante: ¿Cómo hacerlo posible? Cómo gestionar un equipo a distancia, más cuando cada uno de ellos tiene una expectativa completamente diferente de la situación. Hay colaboradores que necesitan y quieren el acompañamiento diario y hay otros que consideran que esto es una invasión del espacio y quieren un régimen completamente diferente. Esta diferencia de personas ya existía anteriormente en el concepto de trabajo. Creo que esta nueva necesidad de hacerlo todo a distancia y bajo un régimen de trabajo completamente nuevo trajo inseguridades en cuanto a qué funciona y cómo debe hacerse”.

Y en la respuesta a este dilema está la primera lección de liderazgo empresarial que nos deja el 2021.

1. Flexibilidad para adaptarse a los cambios

“Lo que hemos visto y vivido en los últimos dos años es respuesta a una necesidad cada vez mayor de saber lidiar con la flexibilidad”, sostiene Neves, quien asegura que es precisamente el más grande aprendizaje de 2021.

Idea que es acompañada por Aurora Sanz, Socia Directora de Laboral de Grant Thornton en España, en el estudio “Liderazgo inclusivo a través del cambio” quien asegura que “el Covid nos ha enseñado que no se puede controlar todo, que la flexibilidad es una obligación y que, por encima de todo, somos personas. Adaptarse a las diferentes vicisitudes que puede experimentar un individuo y ser comprensivo genera un lazo especial con la organización, mucho más potente que el mero factor económico”.

Y no en vano es la justamente la flexibilidad, en conjunto con la comunicación, capacidad de respuesta, sensibilidad y claridad las características más valoradas en el informe «Global Business Pulse de 2021», lo que refleja una evidente transición desde las capacidades más “duras” a las habilidades más “blandas” dentro de una empresa.

Dicho informe hace referencia a la operatividad de las empresas en situaciones difíciles, como el confinamiento y la instauración “work for home”, donde las condiciones son básicas y por lo general confluyen de forma simultánea las responsabilidades laborales y personales, haciéndolo un ambiente menos productivo para los colaboradores.

Y es aquí donde entra la siguiente lección de 2021.

2. Comunicación efectiva y empática

Recae sobre los líderes la responsabilidad de realizar una comunicación efectiva que permita crear conexión y empatía con todos los componentes que conforman una organización. De no hacerlo corren el riesgo de generar resistencia al cambio en aquellas personas que no conectaron o entendieron los objetivos de situaciones que representan alteraciones dentro de las estrategias, objetivos o acciones dentro de una empresa.

Según el profesor Neves “debemos mirar a la resistencia como un feedback. Si alguien está siendo resistente debemos analizar ¿qué paso? ¿Será que mi mensaje no llegó bien? Es una cuestión de hacernos entender y de crear un mensaje que pueda ser perceptible para todo el mundo”.

Y no solo hablamos de la comunicación en el marco de parámetros estrictamente laborales. En 2021 los líderes debieron comunicar de manera constructiva, para profundizar y desarrollar empatía con sus colaboradores a lo individual.

Este hecho abrió paso a reuniones entre el líder y el colaborador, también conocidas como reuniones one-to-one, para, no solo hablar sobre actualizaciones laborales, sino también sobre lo que está sucediendo en sus vidas personales. A medida que el agotamiento de esta “nueva normalidad” continúa, esta habilidad se ha vuelto aún más importante para los líderes ya que como dice Brené Brown , profesora y autora, la empatía alimenta la conexión, y es esta conexión una forma de motivar y retener al capital humano, el recurso más importante de una empresa.

Y en este punto nos topamos con el tercer aprendizaje de este año.

3. El bienestar emocional para mayor productividad

En momentos de tanta incertidumbre, uno de los mayores retos fue la capacidad de manejar las emociones en pro del bienestar. Y es que hoy en día “las personas que conforman una empresa son clientes tan importantes como los clientes propios de una organización”, sostiene el CEO de PHC Software, Ricardo Parreira, en el evento para la publicación “Dinheiro Vivo”.

Para tener la capacidad de manejar las emociones, en especial cuando se requiere tomar decisiones certeras y rápidas, en fundamental desarrollar inteligencia emocional, es decir, se debe tener la capacidad para ser conscientes y controlar las emociones; pero no solo ahora, también es necesario cultivar lo que se conoce como agilidad emocional.

Susan David, psicóloga y autora del libro “Agilidad emocional: libérese, acepte el cambio y prospere en el trabajo y la vida”, enfatiza que “las personas emocionalmente ágiles no solo son conscientes de sus sentimientos, además saben cómo navegar a través de ellos. Destaca la necesidad de desapegarse de la situación y reconocer que las emociones son tan solo eso. No te definen. A medida que los líderes se vuelven más ágiles emocionalmente, comprenderán rápidamente no solo la intención de sus acciones, sino también el impacto que quieren tener”.

Aurora Sanz, Socia-directora de Laboral de Grant Thornton, hace hincapié en el bienestar de los colaboradores como protagonista de la gestión moderna. “La pandemia ha hecho mella a nivel psicosocial y hay que velar por una plantilla sana no sólo física sino, también, anímicamente”.

Con el compromiso de un mejor liderazgo, es vital garantizar que el bienestar permanezca en la agenda de las prioridades estratégicas y se pueda iniciar un cambio positivo. Ya no es posible justificar una fuerza laboral que centre su bienestar solo con los resultados comerciales, como se explica en el artículo “Can better leadership skills unlock greater wellbeing at work?”, publicado en Chief Learning Officer. El bienestar y el alto rendimiento deben coexistir, no solo para atraer y retener talento, sino también para impulsar el crecimiento empresarial sostenible.

4. La formación como impulso de desarrollo e innovación

Tal y como sostiene el profesor Neves, como consecuencia de la disrupción los gestores y empresarios están buscando programas de formación a diferentes niveles, hecho que afirma ser interesante ya que, “estos eventos severos y drásticos lo que hicieron fue obligarnos a acelerar los planes que ya existían pero que son difíciles de implementar. Hace 5 años ningún gestor consideraba que era conveniente tener a sus equipos trabajando desde casa, aunque todos nosotros sabíamos que lo digital tendría un papel importante, pero se estaba postergando”.

Lo que obligó a repensar en todo el modelo de trabajo en muy poco tiempo dejando a la vista la carencia de capacidades debido al cambio del funcionamiento de la sociedad y la falta de alternativas para dar respuesta inmediata. Para volver a tener la capacidad de dar respuesta, además de adaptación, hizo falta formación simultánea. Ensayo y error en la obtención de nuevas competencias y en “la nueva forma en las que se hacen las cosas”, lo que genera un valor añadido y enriquece a los equipos.

Garantizar que hay este espacio para la formación de los trabajadores, incluso ahora en un contexto no tan acelerado, fortalece el liderazgo y, hasta comprende los principios de la innovación.

Según Hilary Haynes, Global Head of Leadership Development en Grant Thornton International, “los directivos están llamados a adoptar una mentalidad orientada al cambio que les permita aprovechar las disrupciones, en lugar de dejarse invadir por ellas” y esto pasa por comprender que las antiguas prácticas de gestión ya no traen los mismos resultados que hace veinte años e incluso pueden ocasionar pérdidas.

Innovar significa ser capaz de probar, aprender e incluso, a veces, fracasar, detalla Haynes. “Para estar dispuestos a errar, los empleados deben arriesgarse y ser valientes, sabiendo que ese nuevo comportamiento no solo no se sanciona, sino que se fomenta”. Desde la perspectiva del liderazgo, esto significa crear una cultura en la que los miembros del equipo se esfuercen por aprender, crear y realizar aportaciones.

Y para fomentar activamente la innovación, se necesitan líderes que sean conscientes de sus limitaciones y la de sus equipos, pero sobre todo que se comprometan a empoderar y capacitar a los que les rodean, dirigiendo con un propósito claramente definido, en el que la diversidad y la inclusión son catalizadores en la creación de culturas que favorezcan entornos innovadores y colaborativos.

Prácticas de gestión que los líderes deben mantener en 2022

Anne Jacoby, directora ejecutiva y fundadora de Spring Street Solutions, centra la gestión actual en cinco acciones claves que el 2021 nos ha dejado de aprendizaje y que deben mantenerse para consolidar la sostenibilidad empresarial en periodos futuros de incertidumbre:

  • Establecer límites claros en torno al trabajo y convertirlos en un proyecto grupal.
  • Aprender y hablar abiertamente sobre los factores que contribuyen al agotamiento y al bienestar en el trabajo.
  • Ofrecer mayor flexibilidad y opciones, de forma simplificada para evitar abrumar a los miembros del equipo.
  • Revisar cómo van las cosas y ajustar la estrategia cuando sea necesario.
  • Encontrar formas de medir regularmente el bienestar en el trabajo con datos tanto cuantitativos como cualitativos.

Un liderazgo eficaz, flexible y pragmático es ahora más importante que nunca, de ello dependen la sostenibilidad y rentabilidad de las empresas del futuro; empresas que deben tener una cultura orientada a lo que realmente genera valor. Más empatía, flexibilidad, comunicación e innovación ayudarán a alcanzar los objetivos profesionales, comerciales y sobre todo personales de los líderes en los próximos meses.

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